martes, 10 de noviembre de 2015

Escrito final

Autobiografía

Scout y viajes: una nueva forma de aprender

A través de este papel virtual, reconstruiré dos vivencias que desde mi adolescencia hasta ahora han generado un constante crecimiento en mi vida. Ser integrante de los scout me llenó de muchos conocimientos, y me hizo encontrar personas que hoy valoro  demasiado; ansiosa encontré un mundo nuevo por explorar. Aprendí a re-significar el concepto de viajar, porque se convirtió en una nueva forma de ser libre, donde aprendí y conocí formas de vivir diferentes a la mía. 

Los Scout marcaron una parte muy importante en mi vida, aprendí a tener carácter firme, ayudar a los demás y sentirme orgullosa de mi esfuerzo y trabajo.Para ser más exacta, llegué un 28 de mayo del 2011 junto con mi prima Carolina, ella es una de las personas con la que mejor me llevo. Yo era una niña temerosa de la vida  –bueno no tanto, mentiras si, un poco– era muy tímida, y entrar a ese lugar me hacía sentir ansiosa. Ese día hice todas las actividades que ellos tenían planeadas, me llamo mucho la atención, y me di cuenta que quería seguir yendo para pasarla bien, conocer nuevas personas y aprender todo lo que ellos hacían como: los nudos, amarres y construcciones que yo veía asombrosas.

No fueron solo juegos, tuve un aprendizaje de vida muy grande a pesar de tener solo 14 años de vida, pues me enseñaron cosas muy importantes como valorar el esfuerzo y trabajo de los demás y el mío. Alejandro, mi dirigente de tropa en ese tiempo era muy estricto, pero gracias a eso tomé carácter ante las situaciones difíciles, me di cuenta que el trabajo en grupo era realmente importante,  escuchar y ayudar a los demás se vuelve un elemento esencial.

Al entrar a los scout empecé a viajar mucho, íbamos de campamento y recorríamos los hermosos lugares que tiene Colombia, desde ahí me di cuenta que viajar era muy importante para mí. Cuando viajo encuentro que el mundo es algo más de lo que te rodea, diferente a ese placentero lugar en el que te encuentras y muchas veces no quieres salir, pero si lo haces te das cuenta que el mundo es un lugar lleno de maravillas por conocer; a través de cada paso que das, hay una experiencia y enseñanza.

Un año después de haber entrado a los scout fui a un evento en la Sabana de Bogotá, que se llamaba JAM-CAM y era de nivel internacional. Fue increíble emprender un viaje tan largo y lejano acompañada en ese entonces de las personas con las que había vivido muchas experiencias. Fue grandioso ver tantas personas que compartían un sentimiento muy bonito por el movimiento, al igual que yo. En ese lugar conocí a muchas personas y entre ellas a Edu, un brasilero que nos acompañó en todas las actividades que realizábamos, él era del equipo de servicio internacional. Tuvimos la oportunidad de compartir con él diez días y hasta ahora hemos tenido una gran amistad. Este viaje marcó mi vida para siempre.

A inicios del 2015 decidí retirarme del movimiento, pues sentí que ya era suficiente y mi etapa en ese lugar ya había culminado, aprendí lo que consideré suficiente, viví, conocí y tuve muy buenas experiencias, afiance mi carácter, pero ya era hora de partir y decir adiós, para empezar una nueva etapa en otro lugar y con personas nuevas por conocer. Disfruté mucho esos momentos que viví pero no volvería otra vez –o bueno, por ahora no– todo lo vivido lo guardaré como una excelente experiencia de vida en mi adolescencia, recuerdos hermosos quedaron, pero esa etapa ya finalizó. Siempre los recordaré “explorando en busca de nuevas aventuras”

Uno de los viajes que más recuerdo además del JAM-CAM es el viaje que realice en julio del 2015 a Bahía Málaga, hacer ese viaje me hizo reconocer muchas cosas. El afortunado lugar donde nos encontramos todo nosotros (la tierra) está plasmado de magnificencias,  y esto lo pude comprobar al tener la oportunidad de hacer un viaje de 8 horas a través de los manglares de Ladrilleros en canoa hacia la desembocadura de río San Juan, que separa el Choco con la última playa de Buenaventura. Me dio nostalgia, alegría y felicidad estar en ese lugar.

Nostalgia por saber que si no nos apoderamos de nuestro país de una manera consiente todo lo que vemos ahora hermosos, dentro de poco no será más que la basura de las grandes potencias económicas y políticas. Alegría y felicidad porque estar en un lugar tan lleno de paz, donde sientes que tienes que darle permiso a la naturaleza por cada paso que das, me hizo dar cuenta que en su espacio ella manda y nivela todo a su alrededor, todo se complementa, además la selva de mi Litoral Pacífico es una hermosura que da aire y vida a todo su alrededor. Cómo no estar feliz ante ese lugar, si estabas en silencio y atento veías y oías todas las dinámicas y bellezas de la naturaleza.


Fueron 10 días cargados de aprendizaje, gente y lugares bellos, te das cuenta que las personas que viven en ese lugar tienen una relación muy estrecha con el medio que los rodea, con el mar, los manglares, el río y la selva, es un lugar de trascendencias históricas y fuente de vida. Historias que han perdurado con el tiempo, la enseñanza de los viejos, la danza, tradición oral, la marimba, y el currulao.

Para concluir, estos dos momentos marcaron significativamente mi vida, me di cuenta de la importancia de viajar y ser feliz, de relacionarme con el medio que me rodea, y comprender nuevos mundos y formas de vida. Aprendí a respetar, escuchar y valorar mi trabajo y el de los demás. Aún continúan mis recorridos, experiencias, aprendizajes y crecimiento personal. Aún continúa un mundo nuevo por explorar.


Muchacha ojos de papel

18 años de vidas cruzadas, seres que han llegado, unos permanecen, otros partieron.








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